Después de un invierno largo y no tan duro visto desde ese momento, llegó el sol con un aire agradecido.
Todo brillante, liviano.
Endorfinas por fin.
Era hora de disfrutar y de mirar las cosas por primera vez, con ojos de niño, de nuevo.
Acabamos de llegar de Rojo@artgallery, de ver una alucinante exposición de James Roper.